“Si paseas por el centro de Roma y pasa por la Piazza della Minerva, decorada con una escultura exótica. A Bernini se le ocurrió decorar la plaza con una escultura original y muy descansada.
Digo descansada porque Bernini la firmó y la cobró sin dar ni golpe, o casi: la dibujó, encargó a su alumno Ferrata que esculpiera un elefante (Simbolo de castidad grato al papa Alejandro VII porque, se decia, era un animal que copulaba solamente una vez cada cinco años), y le colocó encima un pequeño obelisco egipcio del siglo VI antes de Cristo, procedente de Asuán.
Y ya está: se cansó Ferrata y se cansa el elefante, siempre con el obelisco a cuestas.“
Enric Gonzalez
[…] conjunto de oficinas lentas y anticuadas que administran esa suerte de paraiso fiscal. Reir con el elefante de la Piazza della Minerva, comprobar que efectivamente hay un pie gigante abandonado en una esquina del centro de Roma, y por […]
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